Aniceto García

Aniceto García, o Cheto, como se le conoce amistosamente, elabora algunos de los aguardientes de agave más interesantes que existen. El trabajo involucrado es hercúleo, pero realizado con honor por las tradiciones de su familia y con deleite por la calidad de los frutos de su trabajo. Nacido en 1959 en una región de Oaxaca orgullosa de su herencia mestiza y cuerudo, en una era cercana a la prohibición, Aniceto desciende de un legado de palenqueros más largo de lo que recuerda la historia oral. Las cualidades etéreas de sus espíritus son cápsulas del tiempo; un verdadero reflejo de la tierra, el agua, el proceso de producción, elevado por las habilidades personales y la experiencia de Aniceto.

Un manantial natural burbujea frente a la casa y debajo de su palenque, proporcionando agua para mango, tres tipos diferentes de plátano, níspero, guayaba, cítricos, granada, papaya y otros árboles frutales. Aniceto cultiva diferentes tipos de maíz, calabaza y frijoles negros delgados para su propio consumo, y junto con una cosecha anual de ajo criollo, vende sus excedentes en el mercado local. Es un agricultor de subsistencia, ante todo, por lo que la pequeña cantidad de licores que se elaboran a lo largo del año se vende casi exclusivamente a una red de amigos y familiares, o se comparte en momentos ceremoniales y / o festivos. En la pequeña parcela de tierra cultivable compartida con la milpa, cultiva pequeñas cantidades de Espadín y continúa cultivando el Madrecuixe domesticado que es endémico de la región de San Luis Amatlán. Recientemente, ha comenzado a experimentar con el cultivo de Tepextate y Tobala, principalmente a partir de semillas. Principalmente, sin embargo, Aniecto continúa en la línea de sus antepasados ​​y trabaja principalmente con el agave bien manejado que crece en forma silvestre en sus escarpadas y rocosas tierras en pendiente de piedra caliza. Como tal, se enorgullece de su conocimiento del campo y de los entresijos específicos de cada tipo de agave que crece en esas colinas.